jueves, abril 17, 2008

Un gran remedio, para un gran mal.

Me ha costado bastante poder ponerme frente al teclado y encontrar las palabras adecuadas que permitan describir a quienes no tuvieron la suerte de estar ahí, lo que fue la experiencia vivida el fin de semana del recital del Indio Solari en Jesus María, Córdoba.

Vamos a ver que sale, ganas de compartirlo con el resto de la gente, no me faltan!






Desde que llegás a la terminal de retiro, con tu amigo Larry el ambiente ya es de fiesta. Grupitos de 4 o 5 personas, aplaudiendo, cantando y haciendo palmas al grito de:

"...teke teke, toca toca,
e
sta hinchada esta re loca,
somos todos redonditos,
redonditos de ricota..."


La piel se te va poniendo de gallina, la emoción recorre tu cuerpo y ahí te empezás a dar cuenta que el viaje, ya empezó!

Te subís al micro, y todos los que viajan con vos van por lo mismo. Lucen nerviosos, expectantes. Aun así, cuál podría ser la mejor manera de hacer que el tiempo pase? Que la eterna espera, culmine! Cantando, por supuesto. Los ricoteros del micro arrancan con un repertorio de canciones de las que "conocemos todos".

"...Estás cambiando más que yo.
Yira! Yira! Yira!
Asusta un poco verte así.
Yira! Yira! Yira!
Cuanto más alto trepa el monito
(así es la vida) el culo más se le ve....
"

Y los kilómetros pasan. Sabemos que serán muchas horas de viaje, casi 10, pero con estos compañeros de ruta, dificilmente puedas aburrirte.

El sueño termina ganándote. Horas más tarde, te despierta la voz del chofer diciendo "Belville: nos quedamos 20 minutos, única parada!"

Decidís seguir durmiendo, pero te sorprende el silencio del pasaje. El cansancio se llevó las voces ricoteras de ese micro.

Cuando reaccionás ya estás a minutos de Jesús María. Para llegar a la entrada del pueblo, hay una fila india: micros, combis, autos, motos. Todos quieren estar: decir presente! en la misa ricotera que está por comenzar.



Y te dedicás a caminar, recorrer un poco el pueblo y caes en la realidad, que el pueblo ha sido copado. Pero ese término lejos está de lo que pueden suponer o hasta temer los que nada entienden, los que se dejan atemorizar por quienes no entienden este fenómeno de masas.

Alrededor de la estación de tren se van formando gupos numerosos. Gigantezcos parlantes instalados en los quioscos de choripanes, no dejan de poner temas de los redondos. La gente aplaude, canta, baila.

La gente, está feliz.






Las horas avanzan, sigue llegando gente. Los alrededores de la estación continua llenándose.

El frío de la noche se acerca.

Es hora de tomarte una cerveza!



El estadio está lleno. No tenés la más pálida idea de cuánta gente habrá. Poco te importa, porque lo que realmente suma, lo que evidentemente vale es la calidad del público, las ganas de gozar que tiene y como esa vibra que se genera, te levanta el ánimo, te eleva.

La gente lo presiente. Falta poco, muy poco para que el show comienze. Y el pueblo ricotero da rienda suelta a su alegría, pero también a un pedido desesperado:

"...Olé ole, ole ole ola
solo te pido que se vuelvan a juntar
,
Olé ole, ole ole ola,
solo te pido que se vuelvan a juntar..."

Y las luces se apagan...Silvidos, gritos, cohetes y mucho nervio acumulado. De golpe un breve silencio...es difícil saber si ese silencio dura unos segundos o mil minutos. Ese silencio es completamente destronado del ambiente, por los primeros acordes de Pedía siempre temas en la radio.

"... No, no, ciego en la bruma
Bellamente sangra su nariz
Van a tragarlo arenas movedizas
Pagará caro lo tonto que fue ..."

A partir de ahí una seguidilla de alegría. Afortunadamente podes disfrutar de varios temas de la época de los redondos. Te emocionás..te llega..difícilmente lo vayas a olvidar.

Y como broche de oro, el indio se despide con Jijiji.






En fin, demasiado para un solo día! Todo muy bueno, excelente, emotivo. Es hora de irse, de volver.

Pero como si fuera poco, tenés la suerte de encontrarte con 2 personas que no solo son divertidas sino que te dan una mano y te alojan para que no tengas que dormir en la calle.

Más de lo mismo, ser ricotero es algo muy fuerte e imposible de describir. O se siente o no.

3 comentarios:

Adri dijo...

Hey Pablito!
Que buena crónica!!
Creo que lograste plasmar en palabras lo que sentimos todos los que estuvimos ahí!! Fue realmente inolvidable!
Un beso,

Yo.-

Alguien dijo...

Salud mi amigo Ricotero.
Brindo por tu alegría. Por la que te dio el Indio y por la que te acompaña a diario.
As always, te quiero!

*..* dijo...

buena crónica!

me hubiera gustado estar ahi pese a que no soy fanatica del Indio, ni lo fui de los redondos..pero me gusta esta etapa del indio, porq ahora las canciones tienen menos interna/metáfora y más sentimiento por asi decir..

en fin pasaba

saludos