En minutos más partiré rumbo a la capital de Entre Ríos, para disfrutar de un nuevo fin de semana con amigos.
La expectativa es grande, las ganas de pasarla bien y desenchufarme un poco desborban mi ser, mientras espero que me pasen a buscar.
La idea es olvidarse de todo, aunque más no sea por los próximos 5 días, pasear por la costanera, disfrutar de la hermosa vista y conocer gente nueva.
La frutilla del postre va a ser la posibilidad de sumarme por tercer año consecutivo a la fiesta de disfraces que organizan en la rural de Paraná. Es difícil de describir, la magia que tiene ese evento, al cual concurren miles y miles de personas disfrazadas a pasar un rato inolvidable. El ambiente, se pone místico y sólo hay lugar para la diversión. Nada de ambientes pesados de otro boliches, histeriqueos cochetos, ni nada por el estilo. Diversión es estado puro.
En resumen, muy contento por lo que me espera, porque lo necesito y sé que me va a hacer bien.
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